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Audiencia para fijar nuevas penas por encubrimiento

A pedido de Memoria Activa, la Cámara Federal de Casación Penal (CFCP) llevará a cabo una audiencia previa a su resolución sobre los imputados por encubrimiento del atentado a la AMIA. Se trata de la instancia siguiente al juicio oral por el encubrimiento realizado entre 2017 y 2019, cuya sentencia fue insuficiente e insatisfactoria para las partes.

En concreto, Memoria Activa pidió se revoquen las absoluciones dictadas oportunamente y se dicten condenas, al tiempo que solicitó se agraven las penas impuestas a los condenados Juan José Galeano y Hugo Anzorreguy.

La audiencia se llevará a cabo el 12 de marzo de manera virtual, y los jueces de la sala II de la CFCP -Guillermo Yacobucci, Carlos Mahiques y Angela Ledesma- escucharán a cada encubridor por separado en los siguientes horarios:

  • Hugo Alfredo Anzorreguy a las 10.00 hs. 
  • Juan José Galeano a las 10.15 hs. 
  • Víctor Alejandro Stinfale a las 10.30 hs. 
  • Patricio Miguel Finnen a las 10.45 hs. 
  • Rubén Ezra Beraja a las 11.00 hs.
  • Carlos Alberto Telleldín a las 11.15 hs.
  • Ana María Boragni a las 11.30 hs. 
  • José Carlos Barbaccia a las 11.45 hs.
  • Eamon Gabriel Müllen a las 12.00 hs.
  • Juan Carlos Anchézar a las 12.15 hs. 
  • Carlos Antonio Castañeda a las 12.30 hs.

Esta audiencia, más habitual de un juicio oral, se realizará excepcionalmente ante la Cámara de Casación por pedido expreso de Memoria Activa (último párrafo del art. 41 del Código Penal), para que el tribunal tome contacto con los acusados antes de fijar nuevas penas. Dada su importancia, Memoria Activa solicitó a la Corte que garantice la publicidad de la audiencia, pero el Presidente del Tribunal, Carlos Mahiques, rechazó el pedido.

Aun así, esta instancia significa una oportunidad (una más) para que la “Justicia” argentina demuestre que es capaz de cumplir con su deber. La expectativa surge muy a pesar de que, hasta ahora, esta “Justicia” ha demostrado que no está dispuesta a juzgarse a sí misma ni a desoír las presiones ejercidas estos años para favorecer de los imputados (especialmente a los exfiscales Mullen y Barbaccia). Como resultado, hoy tenemos absoluciones y penas muy por debajo de las que realmente merecen quienes desviaron intencionadamente la investigación del atentado terrorista más grave de la historia del país. 

Las pruebas son abundantes y concluyentes, solo falta que los jueces se dignen de una vez por todas a cumplir con su deber: hacer Justicia, ni más ni menos.

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